
Ser una trabajadora de la cultura, rescatadora del oficio de la costura y el bordado, no es fácil de sostener en este sistema capitalista que se apropia de lo comunitario y de la solidaridad para crear nichos de mercado, pero tampoco imposible cuando nos paramos desde la vereda de la autogestión y el apoyo mutuo.
La Loica me ha permitido y me permite diseñar con desde mi identidad, co-creando desde lo indivisual, lo colectivo y lo común, cambiando las prácticas y lógicas de hacer para romper con el cis-tema.