
La creación de arte y/o diseño debe involucrar en su proceso tanto el contexto socio-político en el que se está creando como el territorio desde donde emerge. Pensar en una creación sin considerar esos factores y hacerlo únicamente desde el ego de quien diseña es simplemente elaborar objetos vacíos, carentes de alma. Lo que se crea lleva consigo una historia que lo sostiene y le da vida.
El objeto o la obra deben ser concebidos y abordados de tal manera que se comprendan completamente al observarlos. Por ello, se requiere una obsesión total a lo largo de todo el proceso y una estrecha relación de formar un equipo con las maquinas, ya que un pedazo del artista, el tiempo, el contexto y el territorio quedarán grabados en el objeto para siempre.